El anunciado motín en la cárcel de Willacy

PRESOS DEL CENTRO FUERON REUBICADOS
Redacción/El Comercio de Colorado
El tumulto ha evidenciado las carencias del controvertido sistema penal estadounidense para inmigrantes.
El Centro Correccional del Condado de Willacy, cárcel privada del sur de Texas y que alberga 2,834, presos fue el foco de un motín. Este centro penitenciario administrado por el GEO Group, alberga personas que están a la espera de la deportación y presos, en su mayoría, por delitos migratorios, en un 67 por ciento; y por tráfico de drogas, en un 22 por ciento. Es una de las 13 cárceles para “criminales” extranjeros que opera en Texas.
Los acontecimientos ocurridos durante el último fin de semana de febrero fueron cruentos. Un grupo de internos tomó el control de las instalaciones usando cuchillos de cocina y tuberías como armas. Durante esos dos días, los presos quemaron tres de las diez unidades que componen el penal. Los sistemas de calefacción, refrigeración y ventilación quedaron desmantelados, por lo que la prisión quedó “inhabitable”, según los representantes de GEO.
Los antecedentes
Hace menos de un año, la Asociación Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) publicó un informe en el que alertaba de que el penal de Willacy estaba saturado y los presos vivían en condiciones de hacinamiento. El informe de ACLU recogía el testimonio de varios internos que denunciaron insalubridad, alimentos en mal estado y abusos por parte de los guardias.
Uno de estos presos, Sergio, dijo entonces: “Tienen a demasiada gente aquí. A veces huele mal. Algunos incluso hablan de quemar el lugar. Es que no hay suficiente espacio para todos nosotros, a veces me vuelve loco”. Vicente, otro reo, explicó, “este sitio es duro para nosotros y nuestras familias. Ellos no saben lo que sufrimos, cómo nos tratan sin respeto y que a veces faltan mantas o comida. No se lo contamos, no quiero que mis hijos me vean así”.
Hablan los expertos
“Un levantamiento era predecible, teniendo en cuenta cómo GEO se hace la vista gorda ante el maltrato y los abusos a los que son sometidos los prisioneros en su lucrativo sistema penal para inmigrantes”, afirmó Carl Takei, abogado de ACLU. Su colega Terri Burke, directora de ACLU en Texas, agregó que el centro de Willacy “representa todo lo malo de criminalizar a la inmigración y del uso de empresas privadas para operar un sistema en la sombra con fines de lucro”.
Esta cárcel abrió en 2006 como un centro de detención para inmigrantes dependiente del Departamento de Seguridad Pública, aunque en 2011 cerró por denuncias de abusos sexuales y reabrió al cabo de un mes bajo el paraguas de la Oficina Federal de Penales (BOP) y dentro del sistema Exclusivo para Criminales Extranjeros.
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